"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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13-04-2021 |
Marcelo Marchese
A medida que se ejecuta la campaña de vacunación, se incrementan las muertes en los residenciales de todo el planeta, pues el sadismo busca descargar su látigo sobre los seres más indefensos.
La información está en la red, sólo se trata de buscarla, pues con toda certeza no te la pondrán bajo las narices y te la escamotearán lo imposible, pero no podrán tapar todas las denuncias que a nivel mundial se publican en estos momentos.
El asunto es sencillo: de la vacuna no se sabe nada, salvo que por arriba, por abajo, a babor y estribor, es secreta. Secretos son sus componentes; secretos son los contratos por los cuales llegaron a nosotros; secreta es la información recabada que, por contrato, irá directamente a sus fabricantes para elaborar nuevos venenos; y secretos son los eventos nefastos que ha provocado.
Se sabe, es verdad, que no evitará que te enfermes de lo que debería cuidar que te enfermes toda vacuna que se precie de llamarse vacuna, pero asistimos a un proceso de sustitución de la realidad en toda la regla y se llama vacuna a la negación de las vacunas.
Se sabe que aunque te vacunes, igual seguirás usando tapabocas y seguirás distanciándote de todo peligroso homo sapiens.
Se sabe que a los seis meses deberás ir de nuevo a que te vacunen y al parecer, estás iniciando un proceso de vacunación crónica. Serán bajadas de lo alto la cruz, la luna y la estrella y la estrella de seis puntas y en su lugar, será colocada una jeringa.
Se ha acorralado a la humanidad. Gracias al prestigio que tiene la religión llamada ciencia, se le ha hecho creer que hay una salida al final del túnel: la vacuna, ahora, con toda evidencia, la salida al final del túnel es la puerta de entrada a la trampa sin retorno. El animal acorralado huye hacia el punto de salida.
Con total desparpajo te dijeron que no hubo tiempo de experimentar con las ratas humanas: los presos, los pobres y los niños de los orfanatos. Esta vez, las ratas humanas somos nosotros, el planeta entero. La rata acorralada aceptó tamaña confesión del dueño del laboratorio y luego mostró orgullosa a las otras ratas la marca que le había dejado la jeringa.
Menguele no se hubiera animado a tamaña cosa. Al parecer, traspasó las filas enemigas con tal de destruir la documentación que lo comprometiera, y que en todo caso, refería a experimentos ante gente previamente secuestrada. Ahora te dicen públicamente que no te dirán qué cuernos tiene la jeringa y lograron que el campo de concentración sea todo el planeta. Si te habías preguntado qué diablos era la "globalización", aquí tenés la respuesta: un campo de concentración esférico para ocho mil millones de personas.
Conviene detenerse en este detallecito que reveló ese psicólogo llamado Maquiavelo: cuando el Poder hace explícitas sus maquinaciones, refuerza su poder. La razón es elemental, pues si yo debo hacer mil argucias para lograr que vos hagas una cosa perjudicial para ti, entre vos y yo median esas mil argucias, ahora, si yo te digo lo que voy a hacer contigo y vos lo hacés, con absoluta certeza, entre vos y yo sólo media mi poder descarnado y total. Jamás el Poder tuvo tanto poder, pero ¡Ay! vengo a darte una muy mala nueva: viene por más, pues si hay algo que define al Poder, es que quiere más poder.
La verdad de la verdad de las verdades, es que los nazis ganaron la guerra. Que Alemania triunfara o perdiera es lo de menos, lo que importa es que triunfaron los nazi, pero unos nazis recargados ¿Dónde fueron a parar los científicos nazis? Fueron a trabajar con sus nuevos patrones, los vencedores, y con el tiempo, dieron discípulos. En cuanto a los tímidos intentos de los nazis de dominar la economía, es como un charquito en comparación a la mar océano de los gigantes financieros que dominan los principales rubros de la producción material, intelectual y espiritual de la humanidad.
¿El control nazi de los medios de comunicación y la enseñanza? Es un microbio comparado a la montaña de las grandes cadenas de noticias en propiedad de las familias dueñas del mundo, y en cuanto a la censura, ya sea en la Universidad, ya sea en las redes sociales, ha llegado al paroxismo, pero hay algo mucho más grave, y esto ni siquiera se le había ocurrido a los nazis: intervienen las letras y las palabras, pues intervenidas las letras y las palabras, se interviene el pensamiento.
Los nazis usaban métodos brutales; los nazis recargados usan de métodos brutales y al mismo tiempo de medios sutilísimos: erosionan las fuerzas anímicas de la humanidad, y desde lo que comés hasta en la forma en la que hablás, incrustan el cáncer de la culpa enemiga del deseo.
En cuanto al sueño nazi de la raza superior, los nuevos nazis abolieron el concepto "raza", y lo abolieron los "científicos", pues los nuevos nazis prohíben, cuando no, palabras; pero luego de abolirlo, lo aplican y en estos mismos instantes están llevando a cabo el primer paso de una serie de pasos por los que harán una raza humana menos angustiada, menos rebelde también, y menos sexualizada, que ahí está la clave.
Aquellos nazis tenían la oposición de otras potencias. Los nuevos nazis son dueños del mundo y cuando quieren, te hacen creer que vivís en una pandemia, te encerrás en tu casa, perdés tu casa y de paso, para caer definitivamente en sus garras, perdés tu trabajo y tu paz.
El PBI de América Latina en el 2020 bajó un 7,8%, lo que significa millones de desocupados y de empresas arruinadas. Es como si hubiéramos sufrido una guerra, y tras las guerras, vienen los préstamos. Los nuevos nazis han multiplicado la deuda del continente, y cuando llegue la hora de pagar ¿cómo lo haremos? Los nuevos nazis ya lo saben, quieren nuestra tierra, nuestros minerales, nuestra agua y nuestros peces y si tenés alguna duda, averiguá qué condiciones y qué garantías exige el contratito de la vacunita que mantienen secreto.
¿Cómo surgieron estos nazis y cómo llegaron a apoderarse del mundo para iniciar este nuevo proceso siniestro?
La respuesta corta es la siguiente: somos animales, durante millones de años seguimos al jefe de la manada dueño de todas las hembras y nos costó millones de años rebelarnos, pero seguimos siendo animales, y tenemos una tendencia animal a confiar y a seguir como animales al más fuerte de la manada, que para el caso son los nazis dueños del mundo.
Simplemente no debés olvidar que una vez, hace millones de años, nos rebelamos al jefe de la manada y dimos principio a la Historia de la humanidad.
Fuente: https://www.uypress.net/Columnas/Marcelo-Marchese-uc111870
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